Comunicación con tu familia

La comunicación no es solamente “hablar” o informar, sino que también nos comunicamos con nuestros gestos, silencios, tonos, postura, etc. Todos estos elementos entran en juego más aún cuando interactuamos con nuestra familia y determinan que la comunicación sea buena o no, ya que ellos conocen perfectamente cada movimiento corporal y nuestro lenguaje gestual.

Es vital considerar que la familia (cónyuge e hijos) es más importante que el jefe, el trabajo o el club social, por lo que debemos ser conscientes de que la mejor comunicación debe ser con ellos.

Para comunicar a la familia lo que se considera importante y valioso, es necesario tener ocasión de hacerlo, es decir, han de producirse situaciones de diálogo en armonía, donde ser deberá conversar en doble vía: escuchar y hablar.

Hablar también de lo que les interesa  e intercambiar ideas positivas es saludable para cada miembro de la familia, es en este ambiente donde las personas aprenden y desarrollan la habilidad de comunicarse, hecho que marcará el éxito futuro de los miembros.

Para que se desarrolle la confianza del cónyuge y los hijos dentro del diálogo, es necesario tratarlos como seres pensantes del mismo nivel, que poseen criterio propio, por más corta edad que tengan o menos preparación académica que uno.

Poner la máxima atención y todos los sentidos aplicando la escucha activa, hacia lo que quieren explicar o preguntar los miembros de la familia, es una cualidad que debe practicarse, dejando a un lado los distractores, en especial el teléfono móvil, computadora o televisor.

Recordar que la palabra tiene poder y comunicarse de manera intensa y positiva puede generar cambios beneficiosos para toda la familia que permitirá lograr éxito en todos los ámbitos de la vida.